Shabat, 7 Abril, 2018
En el octavo día de la Pascua leemos Deuteronomio 15:19-16:17. Al igual que la lectura para el segundo día, enumera el ciclo anual de fiestas, sus celebraciones especiales, y las ofrendas que en estas ocasiones se presentaban en el Santo Templo en Jerusalén.
La conexión especial del Octavo Día con la redención futura se refleja en la Haftará (lectura de los Profetas) para el día de hoy – Isaías 10:32-12:06.
DEUTERONOMIO 15:19-16: 17
15 (19) Todo primerizo macho que nazca de tus vacadas y de tus rebaños, lo consagrarás al Eterno tu Dios. No harás trabajo alguno con tu buey primerizo, ni esquilarás el primerizo de tu rebaño. (20) Lo comerás ante el Eterno tu Dios cada año, con tu familia, en el lugar que escoja el Eterno. (21) Y si el animal tiene alguna tacha, vale decir, si es rengo, ciego o enfermo, no lo sacrificarás al Eterno tu Dios, (22) sino que lo comerás en tu ciudad (fuera del santuario). Pondrán comerlo tanto quien es puro como quien no lo es, como si el animal fuera gacela o ciervo. (23) En todo caso, no comerá la sangre sino que la verterá sobre la tierra como agua.
16(1) Guardarás el mes de Aviv (Nisán) y celebrarás la Pascua (Pesaj) al Eterno porque en el mes de Aviv, el Eterno te sacó de Egipto de noche. (2) Por lo tanto, brindarás el sacrificio pascual al Eterno tu Dios, de ovejas y vacas, en el lugar que escogerá el Eterno para establecer su nombre. (3) No comerás nada leudado. Durante siete días comerás pan ácimo, el pan de la pobreza porque saliste de la tierra de Egipto apresuradamente (sin tiempo para leudar), para que te acuerdes siempre del día en que saliste de la tierra de Egipto. (4) No se verá nada leudado dentro de tus límites durante siete días y no quedará hasta la mañana siguiente nada de la carne que sacrificarás a la tarde del primer día. (5) No podrás realizar el sacrificio pascual en las ciudades que te dio el Eterno tu Dios, (6) sino únicamente en el lugar que escogerá el Eterno tu Dios, para establecer Su nombre. Allí ofrecerás el sacrificio al atardecer, a la caída del sol, en el tiempo en que saliste de Egipto. (7) Asarás la carne y la comerás en el lugar que escogerá el Eterno tu Dios y a la mañana siguiente volverás a tus tiendas. (8) Durante seis días comerás pan ácimo y en el séptimo, os congregaréis ante el Eterno tu Dios. Ese día no trabajarás.
(9) Siete semanas has de comer, a partir del tiempo del comienzo de la cosecha del higo (El segundo día de Pascua). (10) Y observarás la festividad de las semanas (Shavuot, Pentecostés) ante el Eterno tu Dios con una ofrenda voluntaria de tu mano para que te bendiga el Eterno tu Dios. (11) Y te regocijarás ante el Eterno, tu Dios, con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que mora en tu ciudad, el extranjero, el huérfano y al viuda que esté entre vosotros, en el lugar que escoja el Eterno tu Dios para establecer Su Nombre. (12) Y recordarás que siervo fuiste en Egipto, al cumplir tales preceptos.
(13) Celebrarás la festividad de las cabañas (Sucot) durante siete días, una vez recogido el producto de tu era y de tu lagar. (14) Te regocijarás en la celebración tú con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita, el forastero, el huérfano, y la viuda que mora contigo. (15) Durante siete días harás celebración al Eterno tu Dios en el lugar que Él escogerá porque el Eterno te bendecirá en todo cuanto hagas con tus manos. (16) Tres veces por año se presentarán todos los varones de tu pueblo ante el Eterno tu Dios en el lugar que escogerá: en la festividad del pan ácimo, en la de las semanas y en la de las cabañas, y no aparecerán ante el Eterno con las manos vacías. (17) Cada cual traerá lo que su mano le permite dar, conforme a la bendición que le dio el Eterno.
Isaías 10:32 En este mismo día, hará un altar en Nob (Nov) y agitará la mano amenazadoramente al monte de la hija de Sión, la colina de Jerusalén. (33) He aquí que el Señor, el Eterno de los Ejércitos, desgajará el ramaje con fuerza terrorífica; los altares de estatuas serán cortados y los arrogantes serán humillados. (34) Y Él talará los troncos del bosque con hierro. Y el Líbano caerá por mano de un poderoso.
11(1) Y saldrá un retoño de Isaí (Yíshaí) y un renuevo brotará de sus raíces. (2) El espíritu del Eterno depositará sobre él el espíritu de sabiduría y de la comprensión, del consejo y de la fortaleza, del conocimiento y del temor del Eterno. (3) Y el temor del Eterno será su deleite, no juzgará por la vista de sus ojos, ni decidirá por lo que oigan sus oídos (4) sino que con justicia juzgará al pobre y decidirá con equidad por los débiles de la tierra, herirá la tierra con la vara de su boca y con el aliento de sus labios matará al malvado. (5) La rectitud ceñirá sus lomos y la fidelidad ceñirá su cintura. (6) Y el lobo morará con el cordero, el leopardo se acostará con el cabrito y andarán juntos el becerro, el leoncillo y el cebón y los conducirá un niño. (7) La vaca y el oso comerán juntos; sus cachorros se acostarán juntos. Y el león comerá paja como el buey. (8) Y el niño lactante jugará en el agujero del áspid y el recién nacido pondrá la mano sobre la madriguera del basílico. (9) Ellos no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña, porque la tierra estará llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubre el mar.
(10) Y ocurrirá en aquel día, que el renuevo de la raíz de Isaí será como bandera de los pueblos. A él acudirán las naciones y será como bandera de los pueblos. A él acudirán las naciones y será glorioso su lugar de descanso.
(11) Y sucederá en aquel día, que el Señor pondrá Su mano por segunda vez para recobrar los restos de Su pueblo que aun quedaran de Asiria, de Egipto y de Patros (Egipto meridional o Tibaida), de Cus (Cush, Etiopía), de Elam (Persia) y de Sinar (Shinar, Babilonia), de Hamat (Jamas, región al norte de Israel) y de las islas del mar. (12) Pondrá una bandera para las naciones y convocará a los dispersos de Israel, reunirá a los esparcidos de Judá, desde los cuatro rincones de la tierra. (13) También la envidia de Efraín se apartará y los que molesten a Judá serán cortados. Efraín no envidiará más a Judá y Judá no molestará más a Efraín. (14) Ambos volarán sobre el hombro de los filisteos en el oeste; juntos arruinarán a los hijos del oeste; extenderán su mano sobre Edom (Idumea) y Moab (Moav). Y los hijos de Amón les obedecerán. (15) Y el Eterno destruirá totalmente la lengua del mar egipcio. Y con Su viento abrasador, levantará Su mano sobre el río, lo partirá en siete arroyos y hará que los hombres lo pasen a pie enjuto. (16) Y habrá un camino real para el resto de Su pueblo que quedará de Asiria, como lo hubo para Israel en aquel día en que subió de la tierra de Egipto.
12(1) Y dirán en aquel día: “Yo te agradeceré, oh Eterno, porque aunque Tu ira fuera contra mí, Tu ira se ha apartado y me estás consolando. (2) He aquí que Dios es mi salvación. Confiaré en Él y no temeré, porque Dios el Eterno es mi fortaleza; mi canto es a Él y Él se ha tornado en mi salvación. (3) Por tanto, con alegría sacaréis agua de los pozos de la salvación. (4) Y en aquel día, diréis:”Agradeced al Eterno, proclamad Su nombre, declarad Sus obras entre los pueblos, decid que Su nombre es exaltado. (5) Cantad al Eterno, porque ha obrado con gloria; que eso sea conocido por toda la tierra. (6) Gritad fuerte, moradores de Sión, porque grande es el Santo de Israel en medio de ti”.
Mañana es el octavo día de la cuenta de Omer. Puesto que, por el calendario judío, el día comienza en el anochecer de la tarde anterior, contamos el omer correspondiente a mañana esta noche, después del anochecer: Hoy es ocho días, que son una semana y un día, del Omer. “(Si usted se olvido la cuenta esta noche, puede contar el Omer durante todo el día siguiente, pero sin la bendición correspondiente).
Los 49 días de la Cuenta del Omer, recuerdan la travesía espiritual de siete semanas hecha por nuestros antepasados desde la salida de Egipto hasta el Monte Sinaí. Cada noche recitamos una bendición especial y contamos los días y las semanas que han pasado de la Cuenta del Omer; el día cincuenta es Shavuot, la festividad en la cual celebramos la entrega de la Torá.
La Sefirá de esta noche es: Jesed shebe Gevura – – “Bondad en fuerza”
Las enseñanzas de cabala explican que hay siete “Atributos Divinos” — Sefirot – los cuales Di-s asume para relacionarse con nuestra existencia:
Jesed, Guevura, Tiferet, Netzaj, Hod, Iesod y Maljut (“Amor”, “fuerza”, “belleza”, “victoria”, “esplendor”, “fundación” y “soberanía”).
En el ser humano, creado a la imagen Divina, las siete sefirot se reflejan en las siete “cualidades emocionales del alma humana: Amabilidad, autocontrol, armonía, ambición, humildad, conexión y receptividad. Cada una de las siete cualidades contiene elementos de las otras siete–es decir, “amabilidad en amabilidad”, “alojamiento en amabilidad, “armonía en amabilidad”, el etc. –creando un total de 49 rasgos. La cuenta del Omer de 49 días es un proceso de 49 pasos hacia la auto-refinación, con cada día dedicado a la “rectificación” y a la perfección de una de las 49 “sefirot“.
SALMO 106
(1) ¡Aleluya! Alabad al Eterno, porque Él es benevolente, Su misericordia perdura por siempre. (2) ¿Quien puede expresar las portentosas acciones del Eterno o hacer oír toda Su alabanza? (3) Felices son los que aguardan justicia y proceden con rectitud en todo tiempo. (4) Acuérdate de mí, oh Eterno, cuando favorezcas a Tu pueblo. Piensa en mí, en la salvación de Tu parte, (5) para que yo pueda contemplar la prosperidad de tus elegidos y regocijarme en la alegría de Tu nación y gloriarme con Tu herencia. (6) hemos pecado con nuestros padres. Hemos obrado con iniquidad. Nos hemos comportado con maldad. (7) Nuestros padres en Egipto no prestaron atención a Tus maravillas. No se acordaron de la multitud de Tus compasiones, sino que fueron rebeldes en el mar, en el mar Rojo (Suf). (8) Sin embargo , Él los salvó, por consideración a Su nombre, para que Su inmenso poder fuese conocido. (9) Reprendió al Mar Rojo, que se secó, y los condujo por las profundidades, como si fuera por un desierto. (10) Y los salvó de la mano de los que les odiaban, y los libro de la mano del enemigo. (11) Y las aguas cubrieron a sus adversarios. No quedó ninguno de ellos. (12) Entonces ellos creyeron en Sus palabras y Le cantaron alabanzas. (13) Mas pronto olvidaron Sus prodigios. No esperaron Su consejo, (14) sino que ansiaron demasiadas cosas en el desierto y pusieron a prueba a Dios allí. (15) Y Él les dio lo que Le había pedido, pero envió flaqueza a sus almas. (16) También tuvieron envidia de Moisés en el campamento, y de Aarón, el consagrado al Eterno. (17) Se abrió la tierra y se tragó a Datan, y cubrió la compañía de Abiram (Aviram). (18) El fuego también se encendió en medio de ellos, y la llama consumió a los inicuos. (19) Hicieron un becerro en Horeb (Jórev), y adoraron una imagen fundida. (20) De tal modo cambiaron Su gloria por la semejanza de un buey que come hierba. (21) Olvidaron a Dios su salvador, que había hecho tan grandes cosas en Egipto, (22) obras prodigiosas en la tierra de Cam, y cosas terribles junto al mar Rojo. (23) Dijo entonces que los destruiría, y si no hubiese intercedido Moisés Su escogido ante Él en la brecha para aplacar Su ira, Él los habría destruido. (24) Además, se burlaron de la tierra deseada, y no creyeron en Su palabra. (25) Y murmuraron en sus tiendas, y no escucharon la voz del Eterno. (26) Por lo tanto, Él juro, con respecto a ellos, que os derribaría en el desierto, (27) y que arrojaría su simiente entre las naciones, y los dispersaría en las tierras. (28) Además, se allegaron a Baal peor y comieron los sacrificios de los muertos. (29) Así le provocaron con Sus actos, y estalló la plaga entre ellos. (30) Entonces se levantó Fineas (Pinjas) y ejecutó juicio, y así se detuvo la plaga. (31) Y eso fue considerado justicia, de generación en generación, para siempre. (32) Le airaron también en las aguas de Meribá, y le fue mal a Moisés a causa de ellos. (33) Porque amargaron su espíritu, y habló con rudeza. (34) Ellos no destruyeron a los pueblos, como les había ordenado el Eterno, (35) sino que se mezclaron con las naciones, y aprendieron sus obras, (36) Sirvieron a sus ídolos, que se convirtieron en trampa para ellos. (37) Sí, sacrificaron a sus hijos y a sus hijos a los demonios, (38) Y derramaron sangre inocente, o sea la sangre de sus hijos y de sus hijas, a quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán. Y la tierra quedó con sangre. (39) De tal manera se contaminaron con sus obras y se descarriaron en sus acciones. (40) Por lo tanto se encendió la ira del Eterno contra Su pueblo, y Él aborreció Su heredad. (41) Y Él los entregó en las manos de las naciones, y los que les odiaban gobernaron sobre ellos. (42)Sus enemigos también los oprimieron, y fueron dominados dijo su mano. (43) Muchas veces Él los entregó, pero ellos siguieron rebeldes y se hundieron aún más en sus iniquidades. (44) Sin embargo, Él reparó en sus aflicciones cuando escuchó su clamor. (45) Se acordó de Su Pacto y se arrepintió conforme a la multitud de Sus compasiones. (46) Hizo que fuesen compadecidos los que fueron llevados en cautiverio. (47) Sálvanos, oh Eterno, Dios nuestro, y reúnenos de entre las naciones, para que alabemos Tu santo Nombre y triunfemos alabándote. (48) Bendito sea el Eterno, Dios de Israel, desde la eternidad hasta la eternidad, y diga todo el pueblo: “Amén. Aleluya”.
SALMO 107
(1) “Alabad al Eterno, porque es benevolente y Su misericordia perdura para siempre”. (2) Así digan los redimidos del Eterno, a quienes Él libró de la mano del adversario, (3) y reunió de las tierras, desde el oriente hasta el occidente, y desde el norte, y desde el mar. (4) Vagaron por el desierto donde nada había. No encontraron morada alguna. (5) Hambrientos y sedientos, sus almas desfallecieron. (6) Entonces clamaron al Eterno en medio de sus tribulaciones, y Él los libró de sus apreturas. (7) Y los condujo por un camino derecho, para que pudieran ir a una ciudad habitada. (8) Alaben ellos al Eterno por Su misericordia y Sus obras maravillosas para con los hijos de hombre, (9) porque satisfizo el alma ansiosa, y al alma ambienta Él la llenó de bien. (10) Estaban sentados en tinieblas y en las sombras de la muerte, cautivos por la aflicción y por hierros, (11) porque se habían rebelado contra las palabras De Dios y habían desoído el consejo del Altísimo. (12) Por lo tanto Él humilló el corazón de ellos con trabajos. Tropezaron y no hubo quien los ayudara. (13) Clamaron al Eterno en medio de sus padecimientos, y Él los salvó, (14) Sacándolos de las tinieblas y de la sombra de la muerte y rompiendo sus cadenas. (15) Alaben ellos al Eterno por Su misericordia y por Sus obras maravillosas para con los hijos de hombre, (16) porque Él rompió los portones de bronce y cortó las barras de hierro aprisionadoras. (17) Enloquecidos por el camino de sus transgresiones, y afligidos a causa de sus iniquidades, (18) sus almas aborrecían toda clase de alimento, y se acercaban a los portones de la muerte. (19) Clamaron pues al Eterno en medio de sus tribulaciones, y Él los salvó. (20) Envió Su palabra y los sanó, y los libró de sus tumbas. (21) Alaben ellos al Eterno por Su misericordia y por sus obras maravillosas para los hijos de los hombres, (22) y ofrezcan los sacrificios de la alabanza, y declaren Sus obras cantando. (23) Los que bajan al mar en barcos, los que trafican en las grandes aguas, (24) vieron las obras del Eterno, y sus maravillas en las profundidades. (25) Porque Él ordena, y se levanta el viento tormentoso que levanta las olas. (26) las que ascienden al cielo y bajan a los abismos. Su alma se derrite por causa del mal. (27) Van de un lado a otro y tambalean como borracho, y toda su sabiduría es tragada. (28) Claman (los marinos) al Eterno en su aflicción, y Él los saca de apreturas. (29) Aquieta la tormenta, de manera que las olas se aplacan. (30) Entonces se alegran porque las olas se aquietaron, y Él los conduce a su deseado puerto. (31) Alaben al Eterno por Su misericordia y por Sus obras maravillosas para con los hijos de hombres. (32) Exáltenle también ante la congregación del pueblo, y alábenle en el consejo de los ancianos. (33) Él convierte los ríos en un desierto, y los manantiales en tierra sedienta, (34) y una tierra fructífera en un erial salitroso, por la maldad de quienes moran allí. (35) Torna un desierto en un estanque de agua, y una tierra seca en manantial, (36) y allí hace recibir al hambriento, y establecen una ciudad para habitar, (37) y siembran los campos, y plantan viñedos, que rinden frutos abundantes. (38) Él también los bendice, de modo que se multiplican en gran manera, y no tolera que su ganado decrezca. (39) Y otra vez son disminuidos y abatidos, a causa de la opresión del mal y de los padecimientos. (40)Él derrama desprecio sobre príncipes, y hace que vaguen en el desierto sin camino. (41) Pero levanta al necesitado de la miseria y hace que su familia sea como un rebaño. (42) Lo ve el recto y se alegra, y toda la iniquidad cierra su boca. (43) El que sea sensato observe estas cosas, y considere las compasiones del Eterno.
El Tania del Día
Likutei Amarim, en medio de Capítulo 41
Likutei Amarim, en medio de Capítulo 41
Pero la unión de la propia alma [del individuo] con la luz de Di-s, y su absorción dentro de ésta, volviéndolos uno — esto es lo que todo hombre de Israel desea con absoluta y completa sinceridad, con todo su corazón y con toda su alma, en virtud del amor natural oculto en el corazón de cada judío para aferrarse a Di-s y no desunirse, escindirse o separarse, Di-s libre, de Su bendita Unidad y Unicidad bajo ninguna circunstancia, aun a costa de su vida misma. La ocupación en la Torá y los mandamientos y la plegaria es también cuestión de entrega real del alma, al igual que cuando abandona el cuerpo al cabo de setenta años, pues [en ese momento] ya no piensa en las necesidades corpóreas, sino que su pensamiento está unido con, e investido en, las letras de la Torá y la plegaria, que son la palabra y el pensamiento de Di-s, y ellos se vuelven realmente uno. Esta es [también] toda la ocupación de las almas en el Jardín del Edén, como se afirma en la Guemará y en el Zohar, con la diferencia de que allí ellas se deleitan en su captación de la luz de Di-s y su absorción dentro de ella.
Es por ello que fue ordenado [por los Hombres de la Magna Asamblea] recitar al comienzo de las bendiciones de la mañana, antes de la oración, “Di-s mío, el alma [que Tú pusiste dentro de mí es pura]… Tú la soplaste [dentro de mí] y Tú eventualmente la tomarás de mí…”. Es decir: En vista de que Tú la soplaste dentro de mí y Tú eventualmente la tomarás de mí, por eso yo, desde ahora mismo, Te la entrego y devuelvo a Ti, para unirla con Tu Unicidad, como está escrito: “A Ti, Oh Di-s, alzo mi alma” [a fin de unirla con Di-s], o sea, a través de la ligazón de mi pensamiento con Tu pensamiento, y de mi habla con Tu habla, por medio de las letras de la Torá y la plegaria [que pronuncio]; y, especialmente, cuando uno habla a Di-s en segunda persona, como [en la frase] “Bendito eres Tú” y similares.
FUENTES:
https://es.chabad.org/calendar/view/day.htm
LA BIBLIA
HEBREO – ESPAÑOL
Versión Castellana
Conforme a la tradición judía
Por Moisés Katznelson
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