Salmos 140 – 144

Viernes 29 Av 5778 / Agosto 10, 2018

140(1) Para el director del coro. Salmos de David. (2) Líbrame, oh Eterno, del hombre malo. Preservame del hombre violento, (3) que trama malas acciones en su corazón . Cada día provocan peleas. (4) Tienen su lengua afilada como la de serpiente. Hay veneno de áspid debajo de sus labios. Selá. (5) Guárdame, oh Eterno, de las manos de los inicuos, que están decididos a hacerme resbalar en mis pasos. (6) Los altaneros prepararon una trampa para mí con cuerdas. Extendieron una red junto al camino, me prepararon celadas. Selá. (7) Le dije al Eterno: “Tú eres mi Dios”. Prestad oído, oh Eterno, a la voz de mis suplicas. (8) ¡Oh Eterno, Señor, fuerza de mi salvación, que protegiste mi cabeza en el día d e la batalla, (9) no concedas, oh Eterno, los deseos de los inicuos! No hagas prosperar sus maldades, no sea que se exalten a sí mismos. Selá (10)En cuanto a la cabeza de los que me rodean, cúbralos la maldad de sus propios labios, (11) Caigan brasas encendidas sobre ellos. Sean arrojados al fuego, a abismos profundos, para que no se levanten más. (12) Ningún calumniador prosperará en al tierra. El hombre violento será cazado con violencia. (13) Sé que el Eterno defenderá la causa de los pobres, y el derecho de los necesitados. (14) De seguro el justo alabará Tu Nombre y el recto morará en Tu Presencia.

141(1) Salmo de David. ¡Oh Eterno, yo te he llamado! ¡ Apresurate, escucha mi voz cuando te llamo! (2) Sea mi plegaria como incienso para Ti, y el levantar de mis manos como el sacrificio vespertino. (3) Pon una guardia, oh Eterno, en mi boca. Vigila en la puerta de mis labios. (4) No inclines mi corazón a ninguna mala acción. No lo ocupes en actos de maldad con hombres que obran iniquidades, y no me dejes comer de sus delicias. (5) castigueme el justo con bondad, y corríjame. No rechace mi cabeza los óleos escogidos , porque todavía elevo mi oración a causa de las maldades de ellos. (6) Sus jueces son derribados junto a la roca, y escucharan mis palabras , que son dulces. (7) Como cuando uno se aferra a la tierra, nuestros huesos son esparcidos en la boca de la tumba. (8) Por cuanto mis ojos son para Ti, oh Eterno, Señor, en Ti me he refugiado. No me quites el alma. (9) Guárdame del alzo que me han tendido, y de las trampas de los obradores de iniquidad. (10) Caigan los inicuos en sus propias redes, mientras yo espado de ellas.

142(1) Maskil de David, cuando él estaba en la cueva. Plegaria. (2) Con mi voz clamo al Eterno. Con mi voz suplico al Eterno, (3) derramo mi lamentación ante Él y le declaro mi tribulación. (4) Cuando mi espíritu desfallece dentro de mí Tú conoces mi camino-, en la senda por donde ando me tienden una trampa. (5) Mira a mi derecha. No hay nadie que me conozca. No tengo donde huir. Ningún hombre se interesa por mi alma. (6) He clamado a Ti, oh Eterno, y te he dicho: “Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivos”. (7) Atiende mi clamor, porque estoy muy abatido. Líbrame de mis perseguidores, porque son demasiado poderosos para mí. (8) Saca mi alma de la prisión, para que pueda alabar Tu Nombre. Los justos se coronarán por mi causa, porque obrarás con benevolencia conmigo.

143(1) ¡Oh, Eterno, escucha mi plegaria, presta atención a mis súplicas! En Tu fidelidad respóndeme, y en Tu justicia. (2) Y no entren en juicio con tu siervo, porque ningún hombre viviente puede justificarse. (3) El enemigo persiguió mi alma. Aplastó mi vida contra el suelo. Me hizo vivir en lugares oscuros, como los que hace tiempo han muerto. (4) Y mi espíritu desfallece dentro de mí.  Mi corazón dentro de mí está desolado. (5) Me acuerdo de los días antiguos. medito en todas Tus acciones. Pienso en la obra de Tus manos. (6) Extiendo mis manos a Ti. Mi alma te ansía como tierra sedienta (el agua). Selá. (7) Respondeme rápidamente, oh Eterno, porque mi espíritu se desmaya. No me ocultes Tu rostro, no sea que yo venga a ser como los que bajan al hoyo. (8) Hazme apreciar Tu benevolencia por la mañana, porque en Ti confío. Hazme conocer el camino por el que debo andar, porque a Ti he levantado mi alma. (9) Líbrame de mis enemigos, oh Eterno! Contigo me he escondido. (10) Enséñame a cumplir Tu voluntad, porque Tú eres mi Dios. Condúzcame Tu buen espíritu por tierra llana. (11) Por Tu Nombre, oh Eterno, vivifícame. En Tu justicia saca mi alma de aperturas. (12) Y en Tu misericordia corta a mis enemigos, y destruye a todos los que hostigan mi alma, porque yo soy Tu siervo.

144(1) Salmo de David. Bendito sea el Eterno, mi roca, que adiestra mis manos para la guerra y mis dedos para la batalla. (2) Es mi benevolencia, y mi fortaleza, y mi torre de vigía, mi libertador y mi escudo. En Él me refugio. Él sujeta a mi pueblo debajo de mí. (3) Eterno, ¿qué es el hombre, para que le concozcas bien? ¿Qué es el hijo del hombre, para que Tú le aprecies bien? (4) El hombre es como un hálito. Sus días son como una sombra que pasa. (5) Eterno, inclina Tus cielos y desciende. Toca las montañas, para que salga humo de ellas. (6) Arroja relámpagos y dispérsalos. Envía Tus saetas, y confundes. (7) Extiende Tus manos desde lo alto. Rescátame y líbrame de muchas aguas, de la mano de extraños. (8) cuya boca habla falsedades, y cuya diestra es una diestra de mentiras. (9) Oh Dios, te cantaré un nuevo cántico. Con un salterio de diez cuerdas Te cantaré alabanzas (10) a Ti, que das salvación a los reyes, que rescatas a David Tu siervo de la espada peligrosa. (11) rescátame y líbrame de la mano de los extraños, cuya boca hablan falsedades, y cuya diestra es una diestra de mentiras. (12) Nuestros hijos son como plantas que crecieron en su mocedad. Nuestras hijas son como pilastras labradas como para un palacio. (13) Nuestros graneros están llenos, y almacenan abundancia. Nuestras ovejas se multiplican por millares y diez millares en nuestros campos. (14) Nuestros bueyes van bien cargados, sin que haya daño ni perdida, ni quien se queje en nuetras plazas. Feliz es la gente que está en ese caso. Sí feliz es la gente cuyo Dios es el Eterno.

LA BIBLIA

HEBREO – ESPAÑOL

Versión Castellana

Conforme a la tradición judía

Por Moisés Katznelson

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