Shabbat Shalom

Av, 23,5779
August 24, 2019
Haftarah:

Isaiah 49:14 – 51:3

Isaías 49

(1) Escucha, oh Israel y escuchad, pueblo lejano. El Eterno me ha llamado desde el seno materno. Desde las entrañas de mi madre hizo mención de mi nombre.

(2) E hizo mi boca como una espada aguda. En la sombra de Su mano me escondió y me ha hecho como una saeta reluciente. En su alaba me ocultó,

(3) y me dijo: “Eres mi siervo Israel, en quién seré glorificado”.

(4) Pero respondí: “He trabajado en vano. He malgastado mi vigor para nada.Pero de seguro, mi derecho es con el Eterno y mi recompensa es con Dios”.

(5) Y dice el Eterno que me formó desde el seno materno para ser Su siervo, para traer a Jacob de vuelta a Él y para que Israel sea convocado ante Él porque soy honrado ante los ojos del Eterno y mi Dios se ha tornado en mi fuerza.

(6) Y dice Él: “Es cosa muy liviana que tú seas Mi siervo para levantar a las tribus de Jacob y restaurar los descendientes de Israel. Además te pondré como luz a las naciones para que Mi salvación sea hasta los confines de la tierra”.

(7) Así dice el Eterno, el Redentor de Israel, su Santo, el que es despreciado por los hombres, el que es aborrecido por las naciones, el siervo de gobernantes: Reyes verán y se levantarán, príncipes se postrarán a causa del Eterno que es fiel, el Santo de Israel que te ha escogido.

(8) Así dice el Eterno: A su tiempo, te he respondido. Y en día de salvación, te he ayudado. Te preservaré y te pondré como pacto del pueblo para levantar la tierra, para hacer que se posean las heredades desoladas,

(9) diciendo a los prisioneros: “¡Salid!” y a los que están en tinieblas: “¡Mostraos!”. Se alimentarán en los caminos y sobre todos los cerros altos estarán sus pastos.

(10) No padecerán hambre ni sed, ni les herirán el calor ni el sol porque Él ha tenido compasión de quienes les conducirán. Por las fuentes de las aguas, Él ha de guiarlos.

(11) Y convertiré todas Mis montañas en caminos reales y Mis caminos serán elevados.

(12) he aquí que vendrán de lejos: del norte, del oeste y de la tierra de Sinim.

(13) Cantad, oh cielos, y alegraos, oh tierra; romped en canticos, oh montañas porque el Eterno ha consolado a Su pueblo y se ha compadecido de Sus afligidos.

(14) Pero dice Sión: “El Eterno me ha abandonado y el Señor me ha olvidado”.

(15) ¿Puede una mujer olvidar a su hijo para que no se compadezca del hjo de su seno? Sí, ella puede olvidar, pero Yo no te olvidaré.

(16) He aquí que te he grabado sobre las palmas de Mis manos. Tus muros están constantemente ante Mí.

(17) Que tus hijos se apresuren. Tus asoladores y los que te saquearon saldrán de ti.

(18) Alza tus ojos enrededor y contempla. Todos estos se reúnen y vienen a ti. Como que vivo, dice el Eterno, de seguro te vestirás con todos ellos como con un ornamento y te ceñirás con ellos como una novia.

(19) Porque tu desierto, tus lugares arrasados y tu tierra que ha sido destruida, de seguro han de ser ahora demasiado estrecho para los habitantes. Y los que te tragaron estan lejos.

(20) Los hijos de tu desamparo dirán todavía en tus oídos: “El lugar es demasiado estrecho para mí. Dime lugar para que pueda vivir”.

(21) Entonces, dirás en tu corazón: “¿Quién ha engendrado es éstos, viendo que he sido desprovisto de mis hijos y estoy solo, exiliado y errante de un lado al otro?¿Y quién los ha criado? He aquí que me quedé solo. Estos ¿dónde estaban?”

(22) Así dice el Señor: He aquí que alcaré Mi mano a las naciones y estableceré Mi bandera para los pueblos; traerán a sus hijos en sus senos y sus hijas serán llevadas en hombros.

(23) Y los reyes serán sus padres adoptivos y sus reinas, sus amas de leche. Se inclinarán ante ti rostro a tierra y lamerán el polvo de tus pies. Sabrán que Yo soy el Eterno porque no se avergonzarán quienes Me esperan.

(24) ¿Debe la presa ser quitada a los poderosos, o los cautivos de los victoriosos deberían ser liberados?

(25) Pero así dice el Eterno: Hasta los cautivos de los poderosos serán llevados y la presa de los tiranos será liberada. Yo contenderé con el que contiende contigo y salvaré a tus hijos.

(26) Y alimentaré a los que te oprimen en su propia carne. Y serán ahogados con su propia sangre, como con vino dulce. Y toda carne sabrá que Yo soy el Eterno tu Salvador y tu Redentor, el Todopoderoso de Jacob.

Isaías 50 

(1) Así dice el Eterno: “Dónde está la carta de divorcio de vuestra madre con la cual Yo la repudié ¿A cuál de mis acreedores os he vendido? He aquí que por vuestras iniquidades fuisteis vencido y por vuestras transgresiones fue repudiada vuestra madre.

(2) ¿Por qué cuando vine, no había ningún hombre? Cuando llamé, no había quien contestara. ¿Acaso se ha acortado Mi mano de modo que no pueda redimir?¿Y no tengo poder para liberar? He aquí que a una señal Mía, seco el mar, convierto los ríos en un yermo, se pudren sus peces por falta de agua y mueren de sed,

(3) visto los cielos de tinieblas y los cubro de saco.

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