“We will do and we will Listen” / “Haremos y Escucharemos”

Parashat Yitro – To whom is God speaking?

God spoke to everyone and wanted a partnership with everyone

In this week’s Torah portion, Yitro, we read about the most dramatic and most significant event in Jewish history: the revelation at Mount Sinai. During this event, which occurred in the Sinai Desert more than 3,000 years ago, the Jewish nation in its entirety experienced a one-time-only Divine revelation in which the eternal covenant between God and the Jewish people was sealed:

And now, if you obey Me and keep My covenant, you shall be to Me a treasure out of all peoples, for Mine is the entire Earth. And you shall be to Me a kingdom of princes and a holy nation” (Exodus 19, 5-6).

To read thge full article:

Parashat Yitro – ¿A quién le está hablando Dios?

Dios habló a todos y quería una sociedad con todos

En la porción de la Torá de esta semana, Yitro, leemos sobre el evento más dramático y más significativo en la historia judía: la revelación en el Monte Sinaí. Durante este evento, que ocurrió en el desierto del Sinaí hace más de 3.000 años, la nación Judía en su totalidad experimentó una revelación divina única en la que se selló el pacto eterno entre Dios y el pueblo judío:

“Y ahora, si Me obedeces y guardas Mi pacto, serás para Mí un tesoro de todos los pueblos, porque el mío es toda la tierra. Y para mí serás un reino de príncipes y una nación santa ”(Éxodo 19, 5-6).

En esta revelación, a la nación Judía se le dio el papel que nuestros ancestros han cumplido con orgullo y devoción: ser leales a los valores del Creador del universo – valores de moralidad y santidad – al guardar mandamientos que expresen estos valores. Esta lealtad, que a veces ha pasado factura, es el resultado directo del evento sobre el que leímos en la parte de la Torá de esta semana.

Los historiadores señalan el marco de la revelación en el Monte Sinaí como uno que muestra similitudes con el “juramento de lealtad vasallo” que prevaleció durante la antigüedad. Como parte de estos juramentos, un gobernante poderoso haría un pacto con un rey más débil, y cada uno garantizaría los intereses del otro. Este marco nos brinda la oportunidad de aclarar significados adicionales detrás de la revelación en el Monte Sinaí que a veces se pasan por alto.

Cuando se compara con las muchas descripciones de convenios entre reyes, la descripción de la revelación en el Monte Sinaí es única y diferente. No describe un pacto entre reyes, ni siquiera entre Dios y un rey. Más bien, describe un pacto entre Dios y una nación entera. Ante la revelación en el Monte Sinaí, las masas, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, se pararon al pie de la montaña. Dios les habló a todos por igual. Además, los sabios del Midrash señalaron hace unos 2.000 años que las pistas en los versículos apuntan a la situación de las mujeres en la revelación en el Monte Sinaí:

“‘ Entonces dirán a la Casa de Jacob ’se refiere a las mujeres‘ y se lo dirán a los hijos de Israel ’se refiere a los hombres” (Mechilta D’Rabbi Yishmael, Tractate BeChodesh, 2).

Este énfasis viene en el contexto de la condición inferior de las mujeres en el mundo antiguo. Los sabios del Midrash querían enfatizar que para Dios, no había importancia para el género, la raza o el color. Dios habló a todos y quería una sociedad con todos.

Esto es particularmente notable cuando leemos: “Pero cuidado y vigílate muy bien, para que no olvides las cosas que vieron tus ojos, y para que estas cosas no se aparten de tu corazón, todos los días de tu vida, y las harás saber. tus hijos y los hijos de tus hijos, el día que estuviste delante del Señor tu Dios en Horeb [Monte Sinaí] ”(Deuteronomio 4, 9-10).

Cuando lo pensamos, parece ser obvio que esto es para todos. Pero nuevamente, cuando pensamos en cómo era el mundo cuando se entregó la Torá, nos damos cuenta de cuánto ha influido la Torá en nuestras vidas y en nuestras concepciones más básicas. Entre los más de un millón de escritos encontrados en excavaciones arqueológicas en los países del Cercano Oriente, ninguno de ellos (!) Es la historia de una nación que se cuenta a sí misma, de padre a hijo, sobre la historia de la nación, su narrativa nacional y Sus diversas misiones espirituales. La mayoría de esos otros escritos tratan de las relaciones entre dioses y reyes.
La Torá no es simplemente una guía espiritual-moral dada por Dios. Tampoco es solo un antiguo documento nacional-histórico. La Torá es un libro que establece el estado del hombre común, lo posiciona como un compañero de Dios, como alguien cuyas acciones son de importancia esencial. El judaísmo se dirige a todos y cada uno de nosotros, hombres y mujeres, y propone que seamos socios en tikkun olam, reparando el mundo. En respuesta a esta propuesta, estamos llamados a responder como lo hicieron nuestros antepasados en la parashá de esta semana: “Haremos y escucharemos”.

*   *   *   *   *

Shemot – Exodus – Chapter 15

1 Then Moses and the children of Israel sang this song to the Lord, and they spoke, saying, I will sing to the Lord, for very exalted is He; a horse and its rider He cast into the sea. אאָ֣ז יָשִֽׁיר־משֶׁה֩ וּבְנֵ֨י יִשְׂרָאֵ֜ל אֶת־הַשִּׁירָ֤ה הַזֹּאת֙ לַֽיהֹוָ֔ה וַיֹּֽאמְר֖וּ לֵאמֹ֑ר אָשִׁ֤ירָה לַּֽיהֹוָה֙ כִּֽי־גָאֹ֣ה גָּאָ֔ה ס֥וּס וְרֹֽכְב֖וֹ רָמָ֥ה בַיָּֽם:
2 The Eternal’s strength and His vengeance were my salvation; this is my God, and I will make Him a habitation, the God of my father, and I will ascribe to Him exaltation. בעָזִּ֤י וְזִמְרָת֙ יָ֔הּ וַֽיְהִי־לִ֖י לִֽישׁוּעָ֑ה זֶ֤ה אֵלִי֙ וְאַנְוֵ֔הוּ אֱלֹהֵ֥י אָבִ֖י וַֽאֲרֹֽמְמֶֽנְהוּ:
3 The Lord is a Master of war; the Lord is His Name. גיְהֹוָ֖ה אִ֣ישׁ מִלְחָמָ֑ה יְהֹוָ֖ה שְׁמֽוֹ:
4 Pharaoh’s chariots and his army He cast into the sea, and the elite of his officers sank in the Red Sea. דמַרְכְּבֹ֥ת פַּרְעֹ֛ה וְחֵיל֖וֹ יָרָ֣ה בַיָּ֑ם וּמִבְחַ֥ר שָֽׁלִשָׁ֖יו טֻבְּע֥וּ בְיַם־סֽוּף:
5 The depths covered them; they descended into the depths like a stone. התְּהֹמֹ֖ת יְכַסְיֻ֑מוּ יָֽרְד֥וּ בִמְצוֹלֹ֖ת כְּמוֹ־אָֽבֶן:
6 Your right hand, O Lord, is most powerful; Your right hand, O Lord, crushes the foe. ויְמִֽינְךָ֣ יְהֹוָ֔ה נֶאְדָּרִ֖י בַּכֹּ֑חַ יְמִֽינְךָ֥ יְהֹוָ֖ה תִּרְעַ֥ץ אוֹיֵֽב:
7 And with Your great pride You tear down those who rise up against You; You send forth Your burning wrath; it devours them like straw. זוּבְרֹ֥ב גְּאֽוֹנְךָ֖ תַּֽהֲרֹ֣ס קָמֶ֑יךָ תְּשַׁלַּח֙ חֲרֹ֣נְךָ֔ יֹֽאכְלֵ֖מוֹ כַּקַּֽשׁ:
8 And with the breath of Your nostrils the waters were heaped up; the running water stood erect like a wall; the depths congealed in the heart of the sea. חוּבְר֤וּחַ אַפֶּ֨יךָ֙ נֶ֣עֶרְמוּ מַ֔יִם נִצְּב֥וּ כְמוֹ־נֵ֖ד נֹֽזְלִ֑ים קָֽפְא֥וּ תְהֹמֹ֖ת בְּלֶב־יָֽם:
9 [Because] the enemy said, I will pursue, I will overtake, I will share the booty; my desire will be filled from them; I will draw my sword, my hand will impoverish them. טאָמַ֥ר אוֹיֵ֛ב אֶרְדֹּ֥ף אַשִּׂ֖יג אֲחַלֵּ֣ק שָׁלָ֑ל תִּמְלָאֵ֣מוֹ נַפְשִׁ֔י אָרִ֣יק חַרְבִּ֔י תּֽוֹרִישֵׁ֖מוֹ יָדִֽי:
10 You blew with Your wind, the sea covered them; they sank like lead in the powerful waters. ינָשַׁ֥פְתָּ בְרֽוּחֲךָ֖ כִּסָּ֣מוֹ יָ֑ם צָֽלֲלוּ֙ כַּֽעוֹפֶ֔רֶת בְּמַ֖יִם אַדִּירִֽים:
11 Who is like You among the powerful, O Lord? Who is like You, powerful in the holy place? Too awesome for praises, performing wonders! יאמִֽי־כָמֹ֤כָה בָּֽאֵלִם֙ יְהֹוָ֔ה מִ֥י כָּמֹ֖כָה נֶאְדָּ֣ר בַּקֹּ֑דֶשׁ נוֹרָ֥א תְהִלֹּ֖ת עֹ֥שֵׂה פֶֽלֶא:
12 You inclined Your right hand; the earth swallowed them up. יבנָטִ֨יתָ֙ יְמִ֣ינְךָ֔ תִּבְלָעֵ֖מוֹ אָֽרֶץ:
13 With Your loving kindness You led the people You redeemed; You led [them] with Your might to Your holy abode. יגנָחִ֥יתָ בְחַסְדְּךָ֖ עַם־ז֣וּ גּאָ֑לְתָּ נֵהַ֥לְתָּ בְעָזְּךָ֖ אֶל־נְוֵ֥ה קָדְשֶֽׁךָ:
14 Peoples heard, they trembled; a shudder seized the inhabitants of Philistia. ידשָֽׁמְע֥וּ עַמִּ֖ים יִרְגָּז֑וּן חִ֣יל אָחַ֔ז יֽשְׁבֵ֖י פְּלָֽשֶׁת:
15 Then the chieftains of Edom were startled; [as for] the powerful men of Moab, trembling seized them; all the inhabitants of Canaan melted. טואָ֤ז נִבְהֲלוּ֙ אַלּוּפֵ֣י אֱד֔וֹם אֵילֵ֣י מוֹאָ֔ב יֹֽאחֲזֵ֖מוֹ רָ֑עַד נָמֹ֕גוּ כֹּ֖ל יֽשְׁבֵ֥י כְנָֽעַן:
16 May dread and fright fall upon them; with the arm of Your greatness may they become as still as a stone, until Your people cross over, O Lord, until this nation that You have acquired crosses over. טזתִּפֹּ֨ל עֲלֵיהֶ֤ם אֵימָ֨תָה֙ וָפַ֔חַד בִּגְדֹ֥ל זְרֽוֹעֲךָ֖ יִדְּמ֣וּ כָּאָ֑בֶן עַד־יַֽעֲבֹ֤ר עַמְּךָ֙ יְהֹוָ֔ה עַד־יַֽעֲבֹ֖ר עַם־ז֥וּ קָנִֽיתָ:
17 You shall bring them and plant them on the mount of Your heritage, directed toward Your habitation, which You made, O Lord; the sanctuary, O Lord, [which] Your hands founded. יזתְּבִאֵ֗מוֹ וְתִטָּעֵ֨מוֹ֙ בְּהַ֣ר נַֽחֲלָֽתְךָ֔ מָכ֧וֹן לְשִׁבְתְּךָ֛ פָּעַ֖לְתָּ יְהֹוָ֑ה מִקְּדָ֕שׁ אֲדֹנָ֖י כּֽוֹנְנ֥וּ יָדֶֽיךָ:
18 The Lord will reign to all eternity יחיְהֹוָ֥ה | יִמְלֹ֖ךְ לְעֹלָ֥ם וָעֶֽד:
19 When Pharaoh’s horses came with his chariots and his horsemen into the sea, and the Lord brought the waters of the sea back upon them, and the children of Israel walked on dry land in the midst of the sea, יטכִּ֣י בָא֩ ס֨וּס פַּרְעֹ֜ה בְּרִכְבּ֤וֹ וּבְפָֽרָשָׁיו֙ בַּיָּ֔ם וַיָּ֧שֶׁב יְהֹוָ֛ה עֲלֵהֶ֖ם אֶת־מֵ֣י הַיָּ֑ם וּבְנֵ֧י יִשְׂרָאֵ֛ל הָֽלְכ֥וּ בַיַּבָּשָׁ֖ה בְּת֥וֹךְ הַיָּֽם:
20 Miriam, the prophetess, Aaron’s sister, took a timbrel in her hand, and all the women came out after her with timbrels and with dances. כוַתִּקַּח֩ מִרְיָ֨ם הַנְּבִיאָ֜ה אֲח֧וֹת אַֽהֲרֹ֛ן אֶת־הַתֹּ֖ף בְּיָדָ֑הּ וַתֵּצֶ֤אןָ כָל־הַנָּשִׁים֙ אַֽחֲרֶ֔יהָ בְּתֻפִּ֖ים וּבִמְחֹלֹֽת:
21 And Miriam called out to them, Sing to the Lord, for very exalted is He; a horse and its rider He cast into the sea כאוַתַּ֥עַן לָהֶ֖ם מִרְיָ֑ם שִׁ֤ירוּ לַֽיהֹוָה֙ כִּֽי־גָאֹ֣ה גָּאָ֔ה ס֥וּס וְרֹֽכְב֖וֹ רָמָ֥ה בַיָּֽם:

Exodo 15(1-21)

15(1) Entonces Moisés y los hijos de Israel entonaron este cántico al Eterno, diciendo:

“Cantaré al Eterno, exaltando Su grandeza. Al caballo y al jinete arrojó al mar.

(2) Mi fortaleza es el Eterno, es mi gloria, Él es mi salvación. Es mi Dios y como tal Lo alabaré. Es el Dios de mis padres y como tal Lo exaltaré.

(3) El Eterno es el Señor de la guerra. Eterno es Su Nombre.

(4) Precipitó en el mar los carros del faraón y su ejército a sus capitanes escogidos los tragó el Mar Rojo.

(5) Los abismos lo cubrieron y como si fueran piedras bajaron a las profundidades.

(6) Tu diestra, oh Eterno, magnificada por Tu fuerza, Tu diestra, oh Eterno, aniquiló al enemigo.

(7) En la plenitud de Tu poder quebranta, a Tu adversario les envías Tu luz que los consume como paja,

(8) y con el soplo de Tu aliento se elevaron y se abrieron las aguas, deteniéndose como si fueran muro, se congelaron los abismos en medio del mar.

(9) Dijo el enemigo: Los perseguiré, los alcanzaré y que se separen sus despojos con los que hallaré mi alma, desenvainaré mi espada y los quebrantará mi mano”.

(10) pero Tú soplaste con Tu poderoso hálito y el mar los fue cubriendo hasta que se hundieron como plomo en las poderosas aguas.

(11) ¿Quién como Tú, entre los dioses, oh mi Señor? ¿Quién como Tú, inmenso en santidad. El más digno de alabanzas y hacedor de milagros.

(12) Cuando extendiste Tu diestra, se los tragó la tierra.

(13) Con Tu misericordia guiaste al pueblo que redimiste, Los condujiste a Tu santa morada.

(14) Escucharon otros pueblos y se estremecieron. Se apoderaron el temor de los filisteos.

(15) Se angustiaron los principes de Edom, temblaron los valientes de Moab y el miedo dominó a todos los cananeos.

(16) Se abatieron espantados por el poderío de Tu brazo y enmudecerán como piedra hasta que pase Tu pueblo oh Eterno hasta que pase el pueblo que Tú redimiste.

(17) Los llevarás para que alaben en el monte de Tu santidad, allí los asentarás, Oh Eterno, en el Santuario que Tus manos prepararon.

(18) y reinará el Eterno para siempre”.

(19) Y penetró el caballo del faraón con su carro y sus jinetes en el mar, y el Eterno hizo tornar sobre ellos las aguas, en tanto que los hijos de Israel habían cruzado el mar en seco.

(20) y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó el pandero en la mano y salieron tras ella todas las mujeres con panderos y danzas,

(21) y les exhortó María: “Cantad al Eterno exaltando Su grandeza, pues al caballo y al jinete arrojó al mar”.

LA BIBLIA

HEBREO – ESPAÑOL

Versión Castellana

Conforme a la tradición judía

Por Moisés Katznelson

 

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