Shemot – Exodus – Chapter 20
2 “I am the Lord, your God, Who took you out of the land of Egypt, out of the house of bondage. | באָֽנֹכִ֨י יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ אֲשֶׁ֣ר הֽוֹצֵאתִ֩יךָ֩ מֵאֶ֨רֶץ מִצְרַ֜יִם מִבֵּ֣ית עֲבָדִ֗ים: |
Anochi
When Torah first entered our universe through its portal on Mount Sinai, its first word was an Egyptian word: “Anochi,” meaning “I.”
And indeed, when the angels claimed that Torah belonged in their ethereal domain, Moses demanded of them, “Did you descend to Egypt? Did you set your bloody hands to form a brick from straw and clay? Have you felt the sting of a taskmaster’s whip upon your sunburnt back? How could you have Torah?”
For to have Torah is to have G-d raw.
Not G‑d as an idea for the mind to grasp, not G-d as a transcendent spirit for the soul to find. No, G-d as He is beyond any description or name. As He is simply “I.”
And where will you grasp that I?
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Éxodo 20(2)
“Yo soy el Señor, tu Di-s, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
Anochi
Cuando la Torá entró por primera vez en nuestro universo a través de su portal en el monte Sinaí, su primera palabra fue una palabra egipcia: “Anochi”, que significa “Yo”.
Y de hecho, cuando los ángeles afirmaron que la Torá pertenecía a su dominio etéreo, Moisés les preguntó: “¿Descendiste a Egipto? ¿Pusiste tus manos ensangrentadas para formar un ladrillo de paja y arcilla? ¿Ha sentido el látigo de un capataz en su espalda quemada por el sol? ¿Cómo pudiste tener la Torá?
Porque tener Torá es tener a Di-s crudo.
No Di-s como una idea para que la mente la capte, no Di-s como un espíritu trascendente para que el alma lo encuentre. No, Di-s como Él está más allá de cualquier descripción o nombre. Ya que Él es simplemente “Yo”.
¿Y dónde comprenderás cuál Yo?
En el Egipto de la vida al que fuiste arrojado desde que naciste. En tu lucha diaria por preservar tu integridad, por salvar tu alma de ahogarse en un mundo que nadie puede explicar, donde Di-s aparece a veces completamente ausente.
El está aquí. Su “Yo” está ahí. Y lo encontrarás allí, cuando lleves la Torá a ese lugar.
“Hay un capítulo breve de sólo unas pocas palabras”, enseña el Talmud, “y de él cuelga toda la Torá”.
“En todos tus caminos, conócelo”.
A tu manera, en tu Egipto personal. Conócelo a Él – el que está más allá de todo conocimiento.