Shabbat Shalom

Shabbat, July 9, 2022
10 Tammuz, 5782
Torah Reading:

Chukat in a Nutshell

Numbers 19:1–22:1

Moses is taught the laws of the red heifer, whose ashes purify a person who has been contaminated by contact with a dead body.

After forty years of journeying through the desert, the people of Israel arrive in the wilderness of Zin. Miriam dies, and the people thirst for water. G‑d tells Moses to speak to a rock and command it to give water. Moses gets angry at the rebellious Israelites and strikes the stone. Water issues forth, but Moses is told by G‑d that neither he nor Aaronwill enter the Promised Land(…)

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Julio 9, 2022
10 Tamuz, 5782
 

Lectura de la Torá:

Torah Reading:

Resumen de la Parashá

Números 19:1-22:1

Moshe es enseñado las leyes de la Vaca Roja, cuyas cenizas purifican a una persona que fue contaminada al ponerse en contacto con un cadáver.

Luego de 40 años de viajes a través del desierto, el pueblo de Israel arriba al desierto de Zin. Miriam fallece y el pueblo queda sediento de agua. Di-s dice a Moshe que hable a una piedra y le mande a dar agua. Moshe se enoja con los rebeldes Israelitas y golpea la roca. Fluye agua, pero Moshe es informado por Di-s que ni el ni su hermano Aharón ingresarán a la Tierra Prometida.

When Aharon’s Clouds Disappeared

Adapted by Chaim Miller; From the teachings of the Lubavitcher Rebbe

Classic Questions

What did the King of Arad hear? (v. 21:1)

Rashi: He heard that Aharon had died and that the clouds of glory had departed.

Talmud: Three good leaders arose for the Jewish people, namely, Moshe, Aharon, and Miriam, and three special gifts were given to the Jewish people through them: the well, the cloud, and the manna. The well was in Miriam’s merit, the cloud in Aharon’s merit, and the manna in Moshe’s merit (…)

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Aaron, the Clouds and the Long Road to the Holy Land

 

The story of the journey of the children of Israel to the Promised Land features almost as many regressions as it does advances. Amalekites interrupt with war, errant spies mislead the people, hunger and thirst fuel complaint, jealousy ignites rebellion, various enemy tribes must be skirted and avoided, and ingratitude invites plague.

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Divrei Hayamim II – II Chronicles – Chapter 6

6 And I chose Jerusalem that My name might be there, and I chose David to be over My people Israel.   ווָֽאֶבְחַר֙ בִּיר֣וּשָׁלִַ֔ם לִֽהְי֥וֹת שְׁמִ֖י שָׁ֑ם וָֽאֶבְחַ֣ר בְּדָוִ֔יד לִֽהְי֖וֹת עַל־עַמִּ֥י יִשְׂרָאֵֽל:

Aarón, las nubes y el largo camino a Tierra Santa

La historia del viaje de los hijos de Israel a la Tierra Prometida presenta casi tantas regresiones como avances. Los amalecitas interrumpen con la guerra, los espías errantes engañan al pueblo, el hambre y la sed alimentan las quejas, los celos encienden la rebelión, varias tribus enemigas deben ser bordeadas y evitadas, y la ingratitud invita a la plaga.

En la Parashá de Jukat, encontramos referencias a un descarrilamiento curioso y menos conocido que casi deshizo todo el progreso que la nación había logrado.

Fue así: Aarón, el Sumo Sacerdote de Israel, murió en la cima de una montaña. Su partida provocó la desaparición de un elemento importante del séquito de Israel: Las Nubes de Gloria. Estas nubes densas y milagrosas eran más que una barrera protectora contra el capricho del desierto; sirvieron como guardia de honor para el pueblo, honrándolo con dignidad, disuadiendo a las naciones vecinas de atacar al pueblo incipiente. Este manto de respetabilidad divina acompañó a los Judíos en el mérito de Aarón. Cuando murió, se fue.

Desprovisto del aura de intocable, Israel se volvió vulnerable a las amenazas externas. El Rey de Arad se envalentonó por su aparente fragilidad y lanzó una ofensiva. La gente oró y sobrevivió, pero su moral se vio profundamente sacudida. La muerte de Aarón y el repentino ataque los asaltó con dudas, y decidieron regresar a la única tierra que conocían: Egipto. Regresaron, volviendo sobre sus pasos hasta Moseirot, donde las fuertes protestas de la tribu de Levi finalmente detuvieron la retirada, y la nación se recuperó y continuó hacia la Tierra de Israel.

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¿Qué podría inducir a una nación de antiguos esclavos a regresar a la tierra de sus pesadillas? ¿Por qué se tomó esta decisión de pánico después de la muerte de Aarón y la partida de las Nubes de Gloria?

La historia de los israelitas en el desierto avanzando poco a poco hacia su destino final es la historia de cualquier individuo o sociedad que se abre camino hacia su estado ideal. Y cada detalle de la historia contiene infinitas aplicaciones posibles tanto para nuestros viajes privados como para los comunitarios. Tal vez podamos examinar este episodio en particular en el contexto de la inclusión de las personas con discapacidad.

El espectro de inclusión y exclusión está simbólicamente reservado por las tierras de Egipto e Israel. La palabra hebrea para Egipto (Mitzrayim) significa “limitaciones”. Es una tierra definida por las líneas que traza entre los libres y los esclavizados. La línea es arbitraria. Los esclavizadores decretan cuya libertad debe ser restringida, cuya capacidad para comprometerse con la sociedad debe ser restringida. Ponen límites, excluyendo a unos y privilegiando a otros.

La Tierra de Israel es la tierra “siempre observada por el ojo de Di-s”.
Es un lugar donde Di-s desea estar plenamente presente. Y ese solo puede ser un lugar donde cada individuo sea valorado por su valor inherente, por la huella Divina en sus almas.

Segunda de Crónicas 6:6

6 Y escogí a Jerusalem para que mi nombre estuviera allí, y escogí a David para que estuviera sobre mi pueblo Israel.

El viaje por el desierto, entonces, es el camino sinuoso desde una mentalidad exclusiva a una mentalidad inclusiva. ¿Qué hay al timón de este viaje? ¿Qué allana el camino a seguir y declara los motivos y la intención de la gente? Las Nubes de Gloria y su patrón, Aarón. Las nubes armaron de dignidad al pueblo, se decía. Y esta dignidad los rodeó como suelen hacerlo las nubes: absolutamente. Ningún individuo quedó fuera del honor que otorgan las nubes. El escudo Divino transmitió que, dentro de estos muros invisibles, todos son reconocidos; nadie es marginado.

Y esas nubes fueron formadas por la obra y la vida de Aarón. Aarón, se nos dice, era “un amante de la paz, un perseguidor de la paz, uno que ama cada creación.” No había nada en la tierra, ninguna creación, en la que Aarón no viera el rastro de lo Divino. Su amor era como la nube que cubría a una nación sin distinción. Para progresar a la tierra de los libres, teníamos que ser guiados por Aarón y su nube de dignidad.

Pero cuando Aaron muere, y su nube de amor y respeto se evapora con él, somos propensos a regresar a Egipto, a forjar callejones sin salida de privilegios privados dentro de nuestras comunidades mientras impedimos el acceso a aquellos que consideramos que no lo merecen.

Sin la presencia de Aarón, el viaje se interrumpe, la Tierra de Israel se convierte en un sueño frustrante y volvemos a los prejuicios alojados en nuestra mente.

La narración del regreso cercano de los Judíos a Egipto tras la pérdida de Aarón es una poderosa ilustración de lo que le sucede a una nación que abandona sus nubes protectoras de dignidad. Cuando una sociedad pierde el principio general de inclusión, cuando las Nubes de Gloria parten con su amplio abrazo, la gente retrocede a sus peores instintos, a una tierra de esclavitud.

La Mishná nos insta a todos a “ser estudiantes de Aarón”.

Si sus valores resuenan en nuestros corazones, y sus nubes de honor permanecen en nuestras mentes, podemos entrar a la Tierra Prometida de una sociedad justa e igualitaria.

*         *        *        *        *

Miriam, Water, and Song: Parashat Chukat-Balak

Miriam with a timbrel (a kind of tambourine), celebrating the crossing of the Red Sea.

Miriam is the first of several biblical women to be honored with the title of “prophet” (see Exodus 15:20), and the mention (although brief) of the time (first new moon) and place (Kadesh) of her death, places her status as exalted as her siblings Moses and Aaron.

Miriam, Agua y Canto: Parashat Chukat

Miriam con un pandero (una especie de pandereta), celebrando el cruce del Mar Rojo.

Miriam es la primera de varias mujeres bíblicas en ser honrada con el título de “profeta” (ver Éxodo 15:20), y la mención (aunque breve) del tiempo (primera luna nueva) y lugar (Kadesh) de su muerte, coloca su estatus tan exaltado como el de sus hermanos Moisés y Aarón.

Taanit 9a:9
La Guemará plantea una objeción de una baraita: El Rabino Yosei, hijo del rabino Yehuda, dice: Tres buenos sustentadores se levantaron para el pueblo Judío durante el éxodo de Egipto, y son: Moisés, Aarón y Miriam. Y tres buenos dones fueron dados del Cielo por medio de ellos, y estos son ellos: El pozo de agua, la columna de nube, y el maná. Él elabora: El pozo fue dado al pueblo Judío en el mérito de Miriam; la columna de nube fue por mérito de Aarón; y el maná en el mérito de Moisés. Cuando Miriam murió el pozo desapareció, como dice: “Y allí murió Miriam” (Números 20:1), y luego dice en el siguiente versículo: “Y no había agua para la congregación” (Números 20:2) . Pero el pozo volvió por el mérito tanto de Moisés como de Aarón.

Canción

Leemos en Números 21:16-18, que la sed de los israelitas errantes finalmente se apaga en el pozo de Beer (el nombre en sí significa “pozo”).

Los comentarios rastrean el pozo y la canción hasta Miriam debido al hecho de que el versículo 17 es paralelo a la entrada a la Canción del mar (Shirat ha-Yam שירת הים) en Éxodo 15:1: “Entonces Moisés y los israelitas cantaron este canción…”

Los eruditos contemporáneos han concluido (basándose en evidencia literaria, histórica, sociológica y musicológica) que la Canción del mar se atribuye a Miriam y que los eruditos contemporáneos utilizan el título La Canción de Miriam. La evidencia muestra que el género de las “canciones de victoria” generalmente fue compuesto e interpretado por mujeres para saludar a las tropas después de la batalla.

Balaam and Balak: The Full Story

By Shlomo Chaim Kesselman

The fascinating story of Balak and Balaam’s failed attempts to curse the Jewish people is found in Numbers 22-24. The Torah records how, after being thoroughly humiliated by his talking donkey, Balaam, the non-Jewish sorcerer and prophet commissioned by Balak King of Moab to curse the Jews, found himself incapable of cursing them. Instead, he bestowed on the Jews four tremendous blessings, some of which we even recite in our prayers today, and the last which foretells the Messianic redemption.
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chabad.org/jewish/Balaam-and-Balak-The-Full-Story

The fascinating story of Balak and Balaam’s failed attempts to curse the Jewish people is found in Numbers 22-24. The Torah records how, after being thoroughly humiliated by his talking donkey, Balaam, the non-Jewish sorcerer and prophet commissioned by Balak King of Moab to curse the Jews, found himself incapable of cursing them. Instead, he bestowed on the Jews four tremendous blessings, some of which we even recite in our prayers today, and the last which foretells the Messianic redemption.
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Bamidbar – Numbers – Chapter 23

1 Balaam said to Balak, “Build me seven altars here, and prepare for me seven bulls and seven rams.”   אוַיֹּ֤אמֶר בִּלְעָם֙ אֶל־בָּלָ֔ק בְּנֵה־לִ֥י בָזֶ֖ה שִׁבְעָ֣ה מִזְבְּחֹ֑ת וְהָכֵ֥ן לִי֙ בָּזֶ֔ה שִׁבְעָ֥ה פָרִ֖ים וְשִׁבְעָ֥ה אֵילִֽים:
2 Balak did as Balaam had requested, and Balak and Balaam offered up a bull and a ram on [each] altar.   בוַיַּ֣עַשׂ בָּלָ֔ק כַּֽאֲשֶׁ֖ר דִּבֶּ֣ר בִּלְעָ֑ם וַיַּ֨עַל בָּלָ֧ק וּבִלְעָ֛ם פָּ֥ר וָאַ֖יִל בַּמִּזְבֵּֽחַ:
3 Balaam said to Balak, “Stand beside your burnt offering, and I will go. Perhaps the Lord will happen to appear to me, and He will show me something that I can tell you,” and he went alone.   גוַיֹּ֨אמֶר בִּלְעָ֜ם לְבָלָ֗ק הִתְיַצֵּב֘ עַל־עֹֽלָתֶ֒ךָ֒ וְאֵֽלְכָ֗ה אוּלַ֞י יִקָּרֶ֤ה יְהֹוָה֙ לִקְרָאתִ֔י וּדְבַ֥ר מַה־יַּרְאֵ֖נִי וְהִגַּ֣דְתִּי לָ֑ךְ וַיֵּ֖לֶךְ שֶֽׁפִי:
4 God chanced upon Balaam, and he said to Him, “I have set up the seven altars, and I have offered up a bull and a ram on [each] altar.”   דוַיִּקָּ֥ר אֱלֹהִ֖ים אֶל־בִּלְעָ֑ם וַיֹּ֣אמֶר אֵלָ֗יו אֶת־שִׁבְעַ֤ת הַמִּזְבְּחֹת֙ עָרַ֔כְתִּי וָאַ֛עַל פָּ֥ר וָאַ֖יִל בַּמִּזְבֵּֽחַ:
5 The Lord placed something into Balaam’s mouth, and He said, “Return to Balak and say as follows.”   הוַיָּ֧שֶׂם יְהֹוָ֛ה דָּבָ֖ר בְּפִ֣י בִלְעָ֑ם וַיֹּ֛אמֶר שׁ֥וּב אֶל־בָּלָ֖ק וְכֹ֥ה תְדַבֵּֽר:
6 When he returned, Balak was standing next to his burnt offering, he and all the Moabite dignitaries.   ווַיָּ֣שָׁב אֵלָ֔יו וְהִנֵּ֥ה נִצָּ֖ב עַל־עֹֽלָת֑וֹ ה֖וּא וְכָל־שָׂרֵ֥י מוֹאָֽב:
7 He took up his parable and said, “Balak the king of Moab has brought me from Aram, from the mountains of the east [saying], ‘Come, curse Jacob for me and come invoke wrath against Israel.’   זוַיִּשָּׂ֥א מְשָׁל֖וֹ וַיֹּאמַ֑ר מִן־אֲ֠רָ֠ם יַנְחֵ֨נִי בָלָ֤ק מֶֽלֶךְ־מוֹאָב֙ מֵֽהַֽרְרֵי־קֶ֔דֶם לְכָה֙ אָֽרָה־לִּ֣י יַֽעֲקֹ֔ב וּלְכָ֖ה זֹֽעֲמָ֥ה יִשְׂרָאֵֽל:
8 How can I curse whom God has not cursed, and how can I invoke wrath if the Lord has not been angered?   חמָ֣ה אֶקֹּ֔ב לֹ֥א קַבֹּ֖ה אֵ֑ל וּמָ֣ה אֶזְעֹ֔ם לֹ֥א זָעַ֖ם יְהֹוָֽה:
9 For from their beginning, I see them as mountain peaks, and I behold them as hills; it is a nation that will dwell alone, and will not be reckoned among the nations.   טכִּֽי־מֵרֹ֤אשׁ צֻרִים֙ אֶרְאֶ֔נּוּ וּמִגְּבָע֖וֹת אֲשׁוּרֶ֑נּוּ הֶן־עָם֙ לְבָדָ֣ד יִשְׁכֹּ֔ן וּבַגּוֹיִ֖ם לֹ֥א יִתְחַשָּֽׁב:
10 Who counted the dust of Jacob or the number of a fourth of [or, of the seed of] Israel? May my soul die the death of the upright and let my end be like his.”   ימִ֤י מָנָה֙ עֲפַ֣ר יַֽעֲקֹ֔ב וּמִסְפָּ֖ר אֶת־רֹ֣בַע יִשְׂרָאֵ֑ל תָּמֹ֤ת נַפְשִׁי֙ מ֣וֹת יְשָׁרִ֔ים וּתְהִ֥י אַֽחֲרִיתִ֖י כָּמֹֽהוּ:
11 Balak said to Balaam, “What have you done to me? I took you to curse my enemies, but you have blessed them!”   יאוַיֹּ֤אמֶר בָּלָק֙ אֶל־בִּלְעָ֔ם מֶ֥ה עָשִׂ֖יתָ לִ֑י לָקֹ֤ב אֹֽיְבַי֙ לְקַחְתִּ֔יךָ וְהִנֵּ֖ה בֵּרַ֥כְתָּ בָרֵֽךְ:
12 He answered, saying, “What the Lord puts into my mouth that I must take care to say.”   יבוַיַּ֖עַן וַיֹּאמַ֑ר הֲלֹ֗א אֵת֩ אֲשֶׁ֨ר יָשִׂ֤ים יְהֹוָה֙ בְּפִ֔י אֹת֥וֹ אֶשְׁמֹ֖ר לְדַבֵּֽר:
13 Balak said to him, “Come with me to another place from where you will see them; however, you will see only a part of them, not all of them and curse them for me from there.   יגוַיֹּ֨אמֶר אֵלָ֜יו בָּלָ֗ק לְךָ־נָּ֨א אִתִּ֜י אֶל־מָק֤וֹם אַחֵר֙ אֲשֶׁ֣ר תִּרְאֶ֣נּוּ מִשָּׁ֔ם אֶ֚פֶס קָצֵ֣הוּ תִרְאֶ֔ה וְכֻלּ֖וֹ לֹ֣א תִרְאֶ֑ה וְקָבְנוֹ־לִ֖י מִשָּֽׁם:
14 He took him to the field of the lookouts, to the peak of the mountain, and he built seven altars and offered up a bull and a ram on [each] altar.   ידוַיִּקָּחֵ֨הוּ֙ שְׂדֵ֣ה צֹפִ֔ים אֶל־רֹ֖אשׁ הַפִּסְגָּ֑ה וַיִּ֨בֶן֙ שִׁבְעָ֣ה מִזְבְּחֹ֔ת וַיַּ֛עַל פָּ֥ר וָאַ֖יִל בַּמִּזְבֵּֽחַ:
15 He said to Balak, “Stand here next to your burnt offering and I will be chanced on here.   טווַיֹּ֨אמֶר֙ אֶל־בָּלָ֔ק הִתְיַצֵּ֥ב כֹּ֖ה עַל־עֹֽלָתֶ֑ךָ וְאָֽנֹכִ֖י אִקָּ֥רֶה כֹּֽה:
16 The Lord chanced upon Balaam and placed something into his mouth. He said, “Return to Balak and so you shall speak.”   טזוַיִּקָּ֤ר יְהֹוָה֙ אֶל־בִּלְעָ֔ם וַיָּ֥שֶׂם דָּבָ֖ר בְּפִ֑יו וַיֹּ֛אמֶר שׁ֥וּב אֶל־בָּלָ֖ק וְכֹ֥ה תְדַבֵּֽר:
17 When he came to him, he was standing next to his burnt offering, and the Moabite dignitaries were with him, and Balak said to him, “What did the Lord speak?”   יזוַיָּבֹ֣א אֵלָ֗יו וְהִנּ֤וֹ נִצָּב֙ עַל־עֹ֣לָת֔וֹ וְשָׂרֵ֥י מוֹאָ֖ב אִתּ֑וֹ וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ בָּלָ֔ק מַה־דִּבֶּ֖ר יְהֹוָֽה:
18 He took up his parable and said, “Arise, Balak, and hear; listen closely to me, son of Zippor.   יחוַיִּשָּׂ֥א מְשָׁל֖וֹ וַיֹּאמַ֑ר ק֤וּם בָּלָק֙ וּֽשֲׁמָ֔ע הַֽאֲזִ֥ינָה עָדַ֖י בְּנ֥וֹ צִפֹּֽר:
19 God is not a man that He should lie, nor is He a mortal that He should relent. Would He say and not do, speak and not fulfill?   יטלֹ֣א אִ֥ישׁ אֵל֙ וִֽיכַזֵּ֔ב וּבֶן־אָדָ֖ם וְיִתְנֶחָ֑ם הַה֤וּא אָמַר֙ וְלֹ֣א יַֽעֲשֶׂ֔ה וְדִבֶּ֖ר וְלֹ֥א יְקִימֶֽנָּה:
20 I have received [an instruction] to bless, and He has blessed, and I cannot retract it.   כהִנֵּ֥ה בָרֵ֖ךְ לָקָ֑חְתִּי וּבֵרֵ֖ךְ וְלֹ֥א אֲשִׁיבֶֽנָּה:
21 He does not look at evil in Jacob, and has seen no perversity in Israel; the Lord, his God, is with him, and he has the King’s friendship.   כאלֹֽא־הִבִּ֥יט אָ֨וֶן֙ בְּיַֽעֲקֹ֔ב וְלֹֽא־רָאָ֥ה עָמָ֖ל בְּיִשְׂרָאֵ֑ל יְהֹוָ֤ה אֱלֹהָיו֙ עִמּ֔וֹ וּתְרוּעַ֥ת מֶ֖לֶךְ בּֽוֹ:
22 God has brought them out of Egypt with the strength of His loftiness.   כבאֵ֖ל מֽוֹצִיאָ֣ם מִמִּצְרָ֑יִם כְּתֽוֹעֲפֹ֥ת רְאֵ֖ם לֽוֹ:
23 For there is no divination in Jacob and no soothsaying in Israel. In time it will be said to Jacob and Israel, ‘What has God wrought?’   כגכִּ֤י לֹא־נַ֨חַשׁ֙ בְּיַֽעֲקֹ֔ב וְלֹא־קֶ֖סֶם בְּיִשְׂרָאֵ֑ל כָּעֵ֗ת יֵֽאָמֵ֤ר לְיַֽעֲקֹב֙ וּלְיִשְׂרָאֵ֔ל מַה־פָּעַ֖ל אֵֽל:
24 Behold, a people that rises like a lioness (See Malbim) and raises itself like a lion. It does not lie down until it eats its prey and drinks the blood of the slain.”   כדהֶן־עָם֙ כְּלָבִ֣יא יָק֔וּם וְכַֽאֲרִ֖י יִתְנַשָּׂ֑א לֹ֤א יִשְׁכַּב֙ עַד־יֹ֣אכַל טֶ֔רֶף וְדַם־חֲלָלִ֖ים יִשְׁתֶּֽה:
25 Balak said to Balaam, “You shall neither curse them nor shall you bless them.”   כהוַיֹּ֤אמֶר בָּלָק֙ אֶל־בִּלְעָ֔ם גַּם־קֹ֖ב לֹ֣א תִקֳּבֶ֑נּוּ גַּם־בָּרֵ֖ךְ לֹ֥א תְבָֽרֲכֶֽנּוּ:
26 Balaam answered and said to Balak, “Have I not spoken to you, saying, ‘Everything the Lord speaks that I shall do.”   כווַיַּ֣עַן בִּלְעָ֔ם וַיֹּ֖אמֶר אֶל־בָּלָ֑ק הֲלֹ֗א דִּבַּ֤רְתִּי אֵלֶ֨יךָ֙ לֵאמֹ֔ר כֹּ֛ל אֲשֶׁר־יְדַבֵּ֥ר יְהֹוָ֖ה אֹת֥וֹ אֶֽעֱשֶֽׂה:
27 Balak said to Balaam, “Come now, I will take you to a different place. Perhaps it will please God, and you will curse them for me from there.   כז וַיֹּ֤אמֶר בָּלָק֙ אֶל־בִּלְעָ֔ם לְכָה־נָּא֙ אֶקָּ֣חֲךָ֔ אֶל־מָק֖וֹם אַחֵ֑ר אוּלַ֤י יִישַׁר֙ בְּעֵינֵ֣י הָֽאֱלֹהִ֔ים וְקַבֹּ֥תוֹ לִ֖י מִשָּֽׁם:
28 So Balak took Balaam to the peak of Peor, overlooking the wastelands.   כחוַיִּקַּ֥ח בָּלָ֖ק אֶת־בִּלְעָ֑ם רֹ֣אשׁ הַפְּע֔וֹר הַנִּשְׁקָ֖ף עַל־פְּנֵ֥י הַיְשִׁימֹֽן:
29 Balaam said to Balak, “Build me seven altars here and prepare for me seven bulls and seven rams.   כטוַיֹּ֤אמֶר בִּלְעָם֙ אֶל־בָּלָ֔ק בְּנֵה־לִ֥י בָזֶ֖ה שִׁבְעָ֣ה מִזְבְּחֹ֑ת וְהָכֵ֥ן לִי֙ בָּזֶ֔ה שִׁבְעָ֥ה פָרִ֖ים וְשִׁבְעָ֥ה אֵילִֽם:
30 Balak did as Balaam told him, and offered up a bull and a ram on [each] altar.   לוַיַּ֣עַשׂ בָּלָ֔ק כַּֽאֲשֶׁ֖ר אָמַ֣ר בִּלְעָ֑ם וַיַּ֛עַל פָּ֥ר וָאַ֖יִל בַּמִּזְבֵּֽחַ:

 

Bamidbar – Numbers – Chapter 24

1 Balaam saw that it pleased the Lord to bless Israel; so he did not go in search of omens as he had done time and time again, but turned his face toward the desert.   אוַיַּ֣רְא בִּלְעָ֗ם כִּ֣י ט֞וֹב בְּעֵינֵ֤י יְהֹוָה֙ לְבָרֵ֣ךְ אֶת־יִשְׂרָאֵ֔ל וְלֹֽא־הָלַ֥ךְ כְּפַֽעַם־בְּפַ֖עַם לִקְרַ֣את נְחָשִׁ֑ים וַיָּ֥שֶׁת אֶל־הַמִּדְבָּ֖ר פָּנָֽיו:
2 Balaam raised his eyes and saw Israel dwelling according to its tribes, and the spirit of God rested upon him.   בוַיִּשָּׂ֨א בִלְעָ֜ם אֶת־עֵינָ֗יו וַיַּרְא֙ אֶת־יִשְׂרָאֵ֔ל שֹׁכֵ֖ן לִשְׁבָטָ֑יו וַתְּהִ֥י עָלָ֖יו ר֥וּחַ אֱלֹהִֽים:
3 He took up his parable and said, “The word of Balaam the son of Beor and the word of the man with an open eye.   גוַיִּשָּׂ֥א מְשָׁל֖וֹ וַיֹּאמַ֑ר נְאֻ֤ם בִּלְעָם֙ בְּנ֣וֹ בְעֹ֔ר וּנְאֻ֥ם הַגֶּ֖בֶר שְׁתֻ֥ם הָעָֽיִן:
4 The word of the one who hears God’s sayings, who sees the vision of the Almighty, fallen yet with open eyes.   דנְאֻ֕ם שֹׁמֵ֖עַ אִמְרֵי־אֵ֑ל אֲשֶׁ֨ר מַֽחֲזֵ֤ה שַׁדַּי֙ יֶֽחֱזֶ֔ה נֹפֵ֖ל וּגְל֥וּי עֵינָֽיִם:
5 How goodly are your tents, O Jacob, your dwelling places, O Israel!   המַה־טֹּ֥בוּ אֹֽהָלֶ֖יךָ יַֽעֲקֹ֑ב מִשְׁכְּנֹתֶ֖יךָ יִשְׂרָאֵֽל:
6 They extend like streams, like gardens by the river, like aloes which the Lord planted, like cedars by the water.   וכִּנְחָלִ֣ים נִטָּ֔יוּ כְּגַנֹּ֖ת עֲלֵ֣י נָהָ֑ר כַּֽאֲהָלִים֙ נָטַ֣ע יְהֹוָ֔ה כַּֽאֲרָזִ֖ים עֲלֵי־מָֽיִם:
7 Water will flow from his wells, and his seed shall have abundant water; his king shall be raised over Agag, and his kingship exalted.   זיִזַּל־מַ֨יִם֙ מִדָּ֣לְיָ֔ו וְזַרְע֖וֹ בְּמַ֣יִם רַבִּ֑ים וְיָרֹ֤ם מֵֽאֲגַג֙ מַלְכּ֔וֹ וְתִנַּשֵּׂ֖א מַלְכֻתֽוֹ:
8 God, Who has brought them out of Egypt with the strength of His loftiness He shall consume the nations which are his adversaries, bare their bones and dip His arrows [into their blood].   חאֵ֚ל מֽוֹצִיא֣וֹ מִמִּצְרַ֔יִם כְּתֽוֹעֲפֹ֥ת רְאֵ֖ם ל֑וֹ יֹאכַ֞ל גּוֹיִ֣ם צָרָ֗יו וְעַצְמֹֽתֵיהֶ֛ם יְגָרֵ֖ם וְחִצָּ֥יו יִמְחָֽץ:
9 He crouches and lies like a lion and like a lioness; who will dare rouse him? Those who bless you shall be blessed, and those who curse you shall be cursed.   טכָּרַ֨ע שָׁכַ֧ב כַּֽאֲרִ֛י וּכְלָבִ֖יא מִ֣י יְקִימֶ֑נּוּ מְבָֽרֲכֶ֣יךָ בָר֔וּךְ וְאֹֽרֲרֶ֖יךָ אָרֽוּר:
10 Balak’s anger flared against Balaam, and he clapped his hands. Balak said to Balaam, “I called you to curse my enemies, but you have blessed them these three times.   יוַיִּֽחַר־אַ֤ף בָּלָק֙ אֶל־בִּלְעָ֔ם וַיִּסְפֹּ֖ק אֶת־כַּפָּ֑יו וַיֹּ֨אמֶר בָּלָ֜ק אֶל־בִּלְעָ֗ם לָקֹ֤ב אֹֽיְבַי֙ קְרָאתִ֔יךָ וְהִנֵּה֙ בֵּרַ֣כְתָּ בָרֵ֔ךְ זֶ֖ה שָׁל֥שׁ פְּעָמִֽים:
11 Now, hurry back to your place. I said I would honor you greatly, but the Lord has deprived you of honor.”   יאוְעַתָּ֖ה בְּרַח־לְךָ֣ אֶל־מְקוֹמֶ֑ךָ אָמַ֨רְתִּי֙ כַּבֵּ֣ד אֲכַבֶּדְךָ֔ וְהִנֵּ֛ה מְנָֽעֲךָ֥ יְהֹוָ֖ה מִכָּבֽוֹד:
12 Balaam said to Balak, “But I even told the messengers you sent to me, saying,   יבוַיֹּ֥אמֶר בִּלְעָ֖ם אֶל־בָּלָ֑ק הֲלֹ֗א גַּ֧ם אֶל־מַלְאָכֶ֛יךָ אֲשֶׁר־שָׁלַ֥חְתָּ אֵלַ֖י דִּבַּ֥רְתִּי לֵאמֹֽר:
13 ‘If Balak gives me his house full of silver and gold, I cannot transgress the word of the Lord to do either good or evil on my own; only what the Lord speaks can I speak.’   יגאִם־יִתֶּן־לִ֨י בָלָ֜ק מְלֹ֣א בֵיתוֹ֘ כֶּ֣סֶף וְזָהָב֒ לֹ֣א אוּכַ֗ל לַֽעֲבֹר֙ אֶת־פִּ֣י יְהֹוָ֔ה לַֽעֲשׂ֥וֹת טוֹבָ֛ה א֥וֹ רָעָ֖ה מִלִּבִּ֑י אֲשֶׁר־יְדַבֵּ֥ר יְהֹוָ֖ה אֹת֥וֹ אֲדַבֵּֽר:
14 And now, I am going to my people. Come, I will advise you…what this people will do to your people at the end of days.”   ידוְעַתָּ֕ה הִנְנִ֥י הוֹלֵ֖ךְ לְעַמִּ֑י לְכָה֙ אִיעָ֣צְךָ֔ אֲשֶׁ֨ר יַֽעֲשֶׂ֜ה הָעָ֥ם הַזֶּ֛ה לְעַמְּךָ֖ בְּאַֽחֲרִ֥ית הַיָּמִֽים:
15 He took up his parable and said, “The word of Balaam, son of Beor, the word of a man with an open eye.   טווַיִּשָּׂ֥א מְשָׁל֖וֹ וַיֹּאמַ֑ר נְאֻ֤ם בִּלְעָם֙ בְּנ֣וֹ בְעֹ֔ר וּנְאֻ֥ם הַגֶּ֖בֶר שְׁתֻ֥ם הָעָֽיִן:
16 The word of the one who hears God’s sayings and perceives the thoughts of the Most High; who sees the vision of the Almighty, fallen yet with open eyes.   טזנְאֻ֗ם שֹׁמֵ֨עַ֙ אִמְרֵי־אֵ֔ל וְיֹדֵ֖עַ דַּ֣עַת עֶלְי֑וֹן מַֽחֲזֵ֤ה שַׁדַּי֙ יֶֽחֱזֶ֔ה נֹפֵ֖ל וּגְל֥וּי עֵינָֽיִם:
17 I see it, but not now; I behold it, but not soon. A star has gone forth from Jacob, and a staff will arise from Israel which will crush the princes of Moab and uproot all the sons of Seth.   יזאֶרְאֶ֨נּוּ֙ וְלֹ֣א עַתָּ֔ה אֲשׁוּרֶ֖נּוּ וְלֹ֣א קָר֑וֹב דָּרַ֨ךְ כּוֹכָ֜ב מִיַּֽעֲקֹ֗ב וְקָ֥ם שֵׁ֨בֶט֙ מִיִּשְׂרָאֵ֔ל וּמָחַץ֙ פַּֽאֲתֵ֣י מוֹאָ֔ב וְקַרְקַ֖ר כָּל־בְּנֵי־שֵֽׁת:
18 Edom shall be possessed, and Seir shall become the possession of his enemies, and Israel shall triumph.   יחוְהָיָ֨ה אֱד֜וֹם יְרֵשָׁ֗ה וְהָיָ֧ה יְרֵשָׁ֛ה שֵׂעִ֖יר אֹֽיְבָ֑יו וְיִשְׂרָאֵ֖ל עֹ֥שֶׂה חָֽיִל:
19 A ruler shall come out of Jacob, and destroy the remnant of the city.”   יטוְיֵ֖רְדְּ מִיַּֽעֲקֹ֑ב וְהֶֽאֱבִ֥יד שָׂרִ֖יד מֵעִֽיר:
20 When he saw Amalek, he took up his parable and said, “Amalek was the first of the nations, and his fate shall be everlasting destruction.”   כוַיַּרְא֙ אֶת־עֲמָלֵ֔ק וַיִּשָּׂ֥א מְשָׁל֖וֹ וַיֹּאמַ֑ר רֵאשִׁ֤ית גּוֹיִם֙ עֲמָלֵ֔ק וְאַֽחֲרִית֖וֹ עֲדֵ֥י אֹבֵֽד:
21 When he saw the Kenite, he took up his parable and said, “How firm is your dwelling place, and your nest is set in a cliff.   כאוַיַּרְא֙ אֶת־הַקֵּינִ֔י וַיִּשָּׂ֥א מְשָׁל֖וֹ וַיֹּאמַ֑ר אֵיתָן֙ מֽוֹשָׁבֶ֔ךָ וְשִׂ֥ים בַּסֶּ֖לַע קִנֶּֽךָ:
22 For if Kain is laid waste, how far will Assyria take you captive?”   כבכִּ֥י אִם־יִֽהְיֶ֖ה לְבָ֣עֵֽר קָ֑יִן עַד־מָ֖ה אַשּׁ֥וּר תִּשְׁבֶּֽךָּ:
23 He took up his parable and said, Alas! Who can survive these things from God?   כגוַיִּשָּׂ֥א מְשָׁל֖וֹ וַיֹּאמַ֑ר א֕וֹי מִ֥י יִֽחְיֶ֖ה מִשֻּׂמ֥וֹ אֵֽל:
24 Ships will come from the Kittites and afflict Assyria and afflict those on the other side, but he too will perish forever.”   כדוְצִים֙ מִיַּ֣ד כִּתִּ֔ים וְעִנּ֥וּ אַשּׁ֖וּר וְעִנּוּ־עֵ֑בֶר וְגַם־ה֖וּא עֲדֵ֥י אֹבֵֽד:
25 Balaam arose, went, and returned home, and Balak went on his way.   כהוַיָּ֣קָם בִּלְעָ֔ם וַיֵּ֖לֶךְ וַיָּ֣שָׁב לִמְקֹמ֑וֹ וְגַם־בָּלָ֖ק הָלַ֥ךְ לְדַרְכּֽוֹ:

Balaam y Balac: la historia completa

La fascinante historia de los intentos fallidos de Balak y Balaam de maldecir al pueblo Judío se encuentra en Números 22-24. La Torá registra cómo, después de ser completamente humillado por su burro parlante, Balaam, el hechicero y profeta no Judío encargado por Balak, rey de Moab, para maldecir a los Judíos, se encontró incapaz de maldecirlos. En cambio, otorgó a los Judíos cuatro tremendas bendiciones, algunas de las cuales incluso recitamos en nuestras oraciones hoy, y la última que predice la redención mesiánica.

NÚMEROS 23 – 24

Balaam bendice a Israel

23 Entonces Balaam le dijo al rey Balac: «Constrúyeme aquí siete altares y prepara siete becerros y siete carneros para que los sacrifique».

2 Balac siguió sus instrucciones y los dos sacrificaron un becerro y un carnero en cada altar.

3 Entonces Balaam le dijo a Balac: «Quédate aquí con tus ofrendas quemadas y yo iré a ver si el Señor me responde. Entonces te diré lo que él me revele». Así que Balaam fue solo a la cima de una colina sin vegetación

y allí se reunió Dios con él. Balaam, le dijo:

Preparé siete altares y sacrifiqué un becerro y un carnero en cada altar.

El Señor le dio a Balaam un mensaje para el rey Balac y después le dijo:

—Regresa donde está Balac y dale Mi mensaje.

6 Así que Balaam volvió y encontró al rey de pie, al lado de sus ofrendas quemadas, con todos los funcionarios de Moab.

Este es el mensaje que Balaam transmitió:

«Balac me mandó a llamar desde Aram;
    el rey de Moab me trajo de las colinas del oriente.
“¡Ven—me dijo—, maldíceme a Jacob!
    Ven y anuncia la ruina de Israel”.
8 Pero ¿cómo puedo maldecir
    a quienes Dios no ha maldecido?
¿Cómo puedo condenar
    a quienes el Señor no ha condenado?
Desde las cimas del precipicio los veo;
    los miro desde las colinas.
Veo a un pueblo que vive aislado,
    apartado de las otras naciones.
10 ¿Quién puede contar a los descendientes de Jacob, tan numerosos como el polvo?
    ¿Quién puede contar siquiera a una cuarta parte del pueblo de Israel?
Permíteme morir como los justos;
    deja que mi vida acabe como la de ellos».

11 Entonces el rey Balac le reclamó a Balaam:

—¿Qué me has hecho? Te traje para maldecir a mis enemigos. ¡En cambio, los has bendecido!

12 Pero Balaam respondió:

—Yo hablaré solamente el mensaje que el Señor ponga en mi boca.

Segundo mensaje de Balaam

13 Entonces el rey Balac le dijo:

—Ven conmigo a otro lugar. Allí verás otra parte de la nación de Israel, aunque no a todos. ¡Maldice por lo menos a esa parte!

14 Así que Balac llevó a Balaam a la meseta de Zofim en la cima del monte Pisga. Allí construyó siete altares y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

15 Entonces Balaam le dijo al rey:

—Quédate aquí con tus ofrendas quemadas mientras yo voy allá a encontrarme con el Señor.

16 Entonces el Señor se reunió con Balaam y le dio un mensaje. Le dijo: «Regresa con Balac y dale mi mensaje».

17 Balaam volvió y encontró al rey de pie junto a sus ofrendas quemadas, con todos los funcionarios de Moab.

—¿Qué dijo el Señor?—preguntó Balac ansiosamente.

18 Este es el mensaje que Balaam transmitió:

«¡Levántate, Balac, y escucha!
    Óyeme, hijo de Zipor.
19 Dios no es un hombre; por lo tanto, no miente.
    Él no es humano; por lo tanto, no cambia de parecer.
¿Acaso alguna vez habló sin actuar?
    ¿Alguna vez prometió sin cumplir?
20 Escucha, yo recibí la orden de bendecir;
    ¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo!
21 Ninguna desgracia está en su plan para Jacob;
    ningún problema espera a Israel.
Pues el Señor su Dios está con ellos;
    Él ha sido proclamado su Rey.
22 Dios los sacó de Egipto;
    con la fuerza de su altivez.
23 Ninguna maldición puede tocar a Jacob;
    ninguna magia ejerce poder alguno contra Israel.
Pues ahora se dirá de Jacob:
    “¡Qué maravillas ha hecho Dios por Israel!”.
24 Este pueblo se levanta como una leona,
    como un majestuoso león que se despierta.
Ellos se niegan a descansar
    hasta que hayan devorado su presa,
    ¡y beben la sangre de los que han matado!».

25 Entonces Balac le dijo a Balaam:

—Está bien si no los maldices, ¡pero al menos no los bendigas!

26 Así que Balaam le respondió a Balac:

—¿No te dije que solamente podía hacer lo que el Señor me indicara?

Tercer mensaje de Balaam

27 Entonces el rey Balac le dijo a Balaam:

—Ven, te llevaré a un lugar más. Quizá esto agrade a Dios y te permita maldecirlos desde allí.

28 Así que Balac llevó a Balaam a la cima del monte Peor, con vista a la tierra baldía.

29 Allí Balaam le dijo de nuevo a Balac:

—Constrúyeme siete altares y prepara siete becerros y siete carneros para que yo los sacrifique.

30 Entonces Balac hizo lo que Balaam le pidió y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

24 Finalmente Balaam comprendió que el Señor estaba decidido a bendecir a Israel, así que no recurrió a la adivinación como antes. En cambio, se dio vuelta y miró hacia el desierto

donde vio al pueblo de Israel acampado por tribus. Entonces el Espíritu de Dios vino sobre él

3 y le dio el siguiente mensaje:

«Este es el mensaje de Balaam, hijo de Beor,
    el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,
4 el mensaje del que oye las palabras de Dios,
    del que ve una visión que proviene del Todopoderoso,
    y se inclina con los ojos abiertos:
¡Qué hermosas son tus carpas, oh Jacob;
    qué bellos son tus hogares, oh Israel!
Se extienden ante mí como arboledas de palmeras,
    como jardines por la ribera.
Son como altos árboles plantados por el Señor,
    como cedros junto a las aguas.
Agua fluirá de sus cántaros;
    su descendencia tendrá toda la que necesite.
Su rey será más grande que Agag;
    su reino será exaltado.
Dios los sacó de Egipto;
    para ellos, él es tan fuerte como un buey salvaje.
Él devora a las naciones que se le oponen,
    quiebra sus huesos en pedazos
    y las atraviesa con flechas.
Como un león, Israel se agazapa y se tiende;
    como a una leona, ¿quién se atreve a despertarla?
Bendito todo el que te bendice, oh Israel,
    y maldito todo el que te maldice».

10 Entonces el rey Balac se enfureció contra Balaam y en señal de enojo palmeó las manos y gritó:

—¡Yo te llamé para maldecir a mis enemigos! En cambio, los has bendecido tres veces. 11 ¡Fuera de aquí ahora mismo! ¡Vuelve a tu casa! Te prometí una generosa recompensa, pero el Señorte ha impedido que la recibieras.

12 Balaam le dijo a Balac:

—¿No recuerdas lo que expliqué a tus mensajeros? Dije: 13 “Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del Señor”. ¡Te advertí que únicamente podría decir lo que el Señor me dijera! 14 Ahora me regreso a mi propia gente, pero primero, déjame decirte lo que los israelitas harán a tu pueblo en el futuro.

Últimos mensajes de Balaam

15 Balaam dio el siguiente mensaje:

«Este es el mensaje de Balaam, el hijo de Beor,
    el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,
16 el mensaje del que oye las palabras de Dios,
    del que tiene conocimiento dado por el Altísimo,
del que ve una visión que proviene del Todopoderoso,
    y se inclina con los ojos abiertos:
17 Lo veo a él, pero no aquí ni ahora.
    Lo percibo, pero lejos, en un futuro distante.
Una estrella se levantará de Jacob;
    un cetro surgirá de Israel.
Aplastará la cabeza del pueblo de Moab,
    y partirá el cráneo de la gente de Set.
18 Tomará posesión de Edom,
    y a Seir, su enemigo, lo conquistará,
    mientras Israel marcha adelante en triunfo.
19 Un gobernante se levantará en Jacob
    que destruirá a los sobrevivientes de Ar».

20 Luego Balaam miró hacia el pueblo de Amalec y dio este mensaje:

«Amalec fue la más importante de las naciones,
    ¡pero su destino es la destrucción!».

21 Después miró hacia los ceneos y transmitió el siguiente mensaje:

«Su casa está segura;
    su nido está entre las rocas.
22 Pero los ceneos serán destruidos
    cuando Asiria los lleve cautivos».

23 Balaam concluyó sus mensajes con estas palabras:

«¡Ay!, ¿quién puede sobrevivir
    a menos que Dios lo disponga?
24 Naves vendrán de las costas de Chipre;
    y oprimirán a Asiria y afligirán a Heber,
    pero ellos también serán destruidos por completo».

25 Entonces Balaam se fue y regresó a su casa; Balac también se fue y tomó su camino.

 

Referencias:

sefaria.org/sheets/

 

 

 

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