(23)”Dile a los hijos de Israel que así bendeciréis a los hijos de Israel:
(23) “Tell the Israelites that you will bless the children of Israel in this way:
(24) Que el Eterno te bendiga y te guarde
(24) May the Lord bless and keep you
(25) Que el Eterno haga resplandecer su rostro y te de Su merced.
(25) Let the Eternal make His face shine and give you His mercy.
(26) Que el Eterno alce Su faz sobre ti y te dé paz.
(26) May the Eternal raise His presence upon you and give you peace.
(27) Y pondrás Mi nombre sobre los hijos de Israel y los bendeciré”
(27) And thou shalt put My name upon the children of Israel, and I will bless them ”
ILUMINEMOS EL MUNDO
A partir de este viernes, y así todas las semanas, miles de mujeres judías, renovarán la tradición de iluminar el hogar judío encendiendo las velas de Shabat antes de la puesta del sol.
Encender las velas del Shabat es uno de los preceptos más significativos entregados a las mujeres y niñas judías.
El Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendl Schneerson, nos enseña que “una sola vela ilumina lo que está oculto por la oscuridad. Cuando enciende las velas de Shabat una mujer revela la energía Divina presente en su alma, hogar, y en toda la Creación”.
Bendición:
Barúj ata A-do-nái E-lo-héinu mélej haolámashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlik ner shel Shabat Kodesh.
Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas del sagrado Shabat
Al encender las velas de Shabat, la mujer dice la siguiente bendición:
Baruj atá Ado-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav, vetzivanu lehadlik ner shel Shabat.
Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste el encendido de las velas de Shabat.
Si con el inicio de Shabat, acontece el comienzo de una festividad, al encender las velas la mujer dice la siguiente bendición:
Baruj atá Ado-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav, vetzivanu lehadlik ner shel Shabat veshel Iom Tov.
Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste el encendido de las velas de Shabat y de Iom Tov.
Kidush de la Noche de Shabat
Al regresar de la sinagoga, se procede a bendecir el vino (Kidush) y se dice la siguiente bendición:
Día sexto:
Terminaron (de ser creados) los cielos y la tierra, y todos sus ejércitos. Y terminó Di-s en el día séptimo la obra que había hecho, y descansó en el día séptimo de toda la creación que hizo. Y bendijo Di-s el día séptimo, y lo consagró, porque en él reposó de toda Su obra, que había creado Di-s para hacer.
Atención señores:
Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que creas el fruto de la vid.
Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos santificaste con Tus preceptos y te deleitaste con nosotros; y con amor y agrado nos has impartido Tu Santo Shabat, en conmemoración de la obra de la creación, pues él es el primero de los días de Santa Convocación, recuerdo del Éxodo de Egipto y Tu Shabat Santo nos has impartido con amor y agrado. Bendito eres, Oh Señor, que santificas el Shabat.
Bendición a los Hijos
Luego del Kidush, los padres bendicen a sus hijos vivenciando así, la milenaria tradición. Con sus manos por encima de la cabeza de cada hijo, dice la siguiente bendición:
Quiera Di-s hacerte como Efráim y Menashé.
Que Di-s te bendiga y te proteja, que resplandezca Su Rostro hacia ti y te dé gracia, que vuelva Su Rostro hacia ti y te conceda la paz.
Quiera Di-s hacerte como Sará, Rivká Rajel y Leá.
Que Di-s te bendiga y te proteja, que resplandezca Su Rostro hacia ti y te dé gracia, que vuelva Su Rostro hacia ti y te conceda la paz.
Netilat Iadaim
Se lavan las manos como prescribe la halajá, antes de comer pan, y se bendice:
Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al netilat iadaim.
Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con tus preceptos y nos ordenaste la ablución de las manos.
Hamotzí
Se toman dos panes (jalot) y se bendice:
Baruj Atá A-do-nai, E-lo-he-nu Melej HaOlam HaMotzí Lejem Min HaAretz.
Bendito eres, Oh Señor, Di-s nuestro, Rey del Universo, que extraes el pan de la tierra.
Si dejas de rechazar el Sábado, si te abstienes de dedicarte a tu negocio en Mi día sagrado y consideras el Sábado como un deleite, si consideras honroso el día sagrado del Eterno y lo honras, si no haces tus propios designios ese día, ni que ejerces tu negocio o hablas de él, entonces te deleitarás en el Eterno y te haré cabalgar sobre los lugares elevados de la tierra; te alimentaré con la herencia de Jacob tu padre porque la boca del Eterno la ha dicho así. Isaías 58:13-14
Te acordarás del día de reposo(shabat, sábado) para santificarlo.
Seis días trabajaras y harás en ellos toda tu labor, pero el día séptimo, sábado, lo consagraras al Eterno, tu Dios, y ese día no harás labor alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el extranjero que esta en tu casa, porque en seis días hizo el Eterno los cielos, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y descansó el día séptimo; por eso bendijo el día sábado y lo santificó. Éxodo: 20: